Y la leyenda de Mad-el-hotep III volvió a hacerse carne en la Mansión de los Muertos, y fue de la complacencia de Osiris, su Señor y Amo.
Es el mismo maniquí que empleé para el antiguo Mad-el-hotep de mi diorama anterior, pero está renacido por obra de los Dioses del Nilo. El tocado y el resto de la indumentaria es nuevo por completo. Sólo el calzado perteneció a la antigua versión de este custom. He tenido que rebajar un poco con un cútter la cabeza del PDJ para redondear más el cráneo. Los adminículos que porta el Faraón proceden de una figura de McFarlane. Este custom, que volverá a protagonizar dentro de -espero- poco tiempo, la tercera parte de Mad-el-hotep III: No digas que fue un diorama, ha sufrido un cambio sustancial prácticamente de un día para otro. En la tercera parte, pretendí darle a Mad-el-hotep apariencia de momia egipcia y de hecho terminé ese proyecto. Pero no me acabó de convencer y desbaraté en la totalidad el custom para rehacerlo en el que estáis contemplando, y creo sinceramente que ha valido la pena.
Para diseñar la indumentaria de este custom, me he basado en una de las secuencias de LOS DIEZ MANDAMIENTOS, en una de las vestimentas que lleva Yul Brinner en la película, aunque me he tomado mis libertades y la he variado en algunos detalles.
Cuando se toma una foto a un muñeco de éstos, y más a un muñeco que ha realizado uno mismo, siempre hay que buscarle un sentido a la fotografía. No se trata sólo de mostrar a la figura realizada. No es tomar la foto por tomar la foto. Conviene que le demos un sentido, querer decir algo con la foto. En este caso, las fotos están tomadas muy por debajo del nivel de la figura. El resultado: el custom transmite la indómita soberbia faraónica, el temple de quien se sabe omnipotente.
Y para que veáis hasta qué punto ha cambiado el custom desde su antigua forma a la actual, os pongo una foto de
Maddy tal como era. La diferencia es sustancial. Se puede apreciar que hemos dejado muy atrás la fase de los
dodotis, y el maniquí, que está tratado para hacer que pierda el feo color lechuguino-juguetil, ha ganado considerablemente. El tocado no es el mismo y, para colmo, la peculiar estructura de la "cabezota" del
agente secreto provocaba que no quedara tan bien como en el custom definitivo.
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